Pintura

Terry, José Antonio

Buenos Aires
Alternative Text

Nació en Buenos Aires el 17 de marzo de 1878 y falleció en la misma ciudad el 20 de abril de 1954. Sordomudo de nacimiento, estudió en la Asociación Estímulo de Bellas Artes bajo la guía de Reinaldo Giúdici, Angel della Valle y Ernesto de la Cárcova. En 1902 ingresó en la Academia Nacional de Bellas Artes de Santiago de Chile, en donde fue su maestro Pedro Lira. En 1904 viajó a Europa y en París, ingresó al taller de Bonnat en la Escuela de Bellas Artes de París y al estudio de Lucien Simon. Luego de visitar España, Bélgica, Holanda, Italia e Inglaterra. Retorna en 1911. En 1922 a instancias de los arqueólogos, Ambrosetti y de Benedetti, se asentó en Tilcara desarrollando una obra pictórica representativa de tipos y costumbres del noroeste argentino, un género en el cual realizó una vasta labor. Sus telas son de un realismo tal que algunas sirven hoy como documentos para estudios antropológicos de los tipos humanos de esa parte del mundo. Su casa estudio de Tilcara en Jujuy, fue convertida en Museo de Pintura Regional en 1948. Concurrió a la Exposición del Centenario en 1910 donde obtuvo Medalla de Plata, al Salón Nacional en 1911, 1912 y 1914, y a otras muestras colectivas. Efectuó muestras individuales en el Banco Municipal de Buenos Aires, Casa Vignes, galerías Witcomb, Kraft, Viau, Müller y Zona, Charpentier y Petit de París, Nancy de Madrid, Circolo della Spada de Venecia y New Durlington de Londres. Se alejaba de la improvisación y tomaba el tiempo necesario para madurar sus trabajos. Uno de sus óleos, La Enana Chepa y su cántaro que delimita límpidos detalles en la naturalidad de los sufridos personajes jujeños, lo convertirán en un verdadero icono del arte argentino al ser adquirida por el Museo de Luxemburgo. También el Museo de Arte Moderno de Madrid, le adquirirá una de sus obras, llamada Abuela y nieta. Incursionó en pinturas religiosas donde cambia la tonalidad de los colores decayéndolos y creando a la vez una atmósfera que atraerá la mirada de los críticos de todo el mundo. A su memoria se creó una fundación que lleva su nombre y que concede un premio apreciado entre los artistas plásticos de Argentina, llamado Premio Nacional de Pintura Figurativa.