Nació en Boedo, Buenos Aires el 5 de Julio de 1926 y falleció en la misma ciudad 31 de julio de 2011. Estudió dibujo y pintura en la Escuela Florentino Ameghino con el Profesor Hiton. Uno de los máximos exponentes del fileteado porteño de carros y camiones, dejó su legado, dejó historias y anécdotas, jamás olvidadas, como sus tardes de fileteado en el Barrio Parque Olivera, como llamaba él, al Barrio Parque Avellaneda, Floresta Sur, donde se encontraba su taller. A los 24 años y a pedido comenzó a filetear casi sin conocer la técnica. Desde entonces, no paró más. Vivió el tránsito de los carros a los camiones y los colectivos. Nos dice: “Ahora hay un montón de muchachos que hacen tablitas, pero fileteadores porteños hay pocos, porque no saben lo que es un carro. Pintan muy bien porque son egresados de Bellas Artes, pero delante de un carro no saben para dónde ir. El filete es arte u oficio. Yo me siento obrero del pincel. “A veces los jóvenes me preguntan cuándo uno es fileteador. La respuesta es sencilla: cuando sentís el perfume de la flor que estás pintando, cuando escuchas el relincho del caballo que dibujas, cuando hablas con la Virgen de Luján mientras fileteas su manto. Ahí sos fileteador”.