Nació en Corrientes el 29 de agosto de 1782 y falleció en Buenos Aires en 1862. Su obra propia de un precursor no fue muy destacada. Durante su vida alternó el oficio de platero y orfebre con el de grabador; y enseñó dibujo siendo Profesor en la Escuela del padre Castañeda. En 1818 el Cabildo de Buenos Aires le encomendó un grabado del General San Martín con los atributos significativos de sus victorias, y de inmediato se dedicó a representarlo sobre una lámina de bronce la imagen del prócer montado en su caballo. Concluida la tarea, la plancha se utilizó para imprimir en papel de marca mayor, varios ejemplares en negro y otros coloreados, que se ofrecieron en venta al público. El trabajo fue importante dentro de la iconografía sanmartiniana, pero desde el punto de vista artístico no demuestra la pericia del grabador. La figura de San Martín, carece de expresión y sólo el caballo indica movimiento. Autor de tres retratos del general Manuel Belgrano y uno de Bernardino Rivadavia. Dos estampas, una con la imagen de Santa Rita y otra de mejor calidad representaba a San Telmo, patrono de los navegantes. Ibarra marchó a Corrientes, su provincia natal donde se ocupó en la enseñanza del dibujo y de su labor de orfebre, como lo prueba la empuñadura de su sable con motivos de platería que el Congreso de aquella provincia le obsequió al general José María Paz después de su triunfo en Caaguazú. Puede afirmarse que con el trascurso del tiempo, su habilidad para el grabado disminuyó y así la imagen de la Virgen de Itatí de pie, con los brazos unidos en oración, es de una ingenuidad tan singular y recuerda los primeros trabajos salidos de los talleres de las misiones. Ibarra, falleció en Buenos Aires, adonde regresó después de la batalla de Caseros. Diario Página 12, 7 de junio de 2016.