Nació en Lanús el 16 de agosto de 1932. Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano donde fueron sus guías Larrañaga, Octavio Fioravanti, Spilimbergo y Larco; en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón siendo sus maestros Bigatti, Berni, Félix de Amador y Héctor Cartier. Trabajó con Juan Carlos Huergo, fue dibujante del Diario La Nación, en el departamento de creación de Walter Thompson. Ilustrador y Director Creativo para Latinoamérica de la Corman Prentis de Caracas, fue becado por el gobierno venezolano y estudió en la Escuela de Integración Lumière en 1952 y por el Mozarteum Argentino a la Cité d'Art de París en 1974. Fue asesor artístico de la Universidad Nacional del Litoral y de la Universidad de Sao Paulo. Escribió e ilustró libros y portadas, actuó como jurado. Docente en la Universidad Nacional de Buenos Aires. Realizó un estudio sobre la obra de Goya en España en 1960 y sobre Kafka en Checoslovaquia, Francia y Alemania en 1992. Actuó en cine, ejecutó monumentos y murales en latinoamérica. Expuso en Argentina, Estados Unidos, México, Venezuela, España, Uruguay, Francia, Brasil, Italia y Corea. Obtuvo el Primer Premio en el Salón Shell de Pintura en 1952, Premio Único a Extranjeros en el Museo de Arte de México en 1952, Premio Berkshire en Nueva York en 1962, Primer Premio Color en Cine y Primer Premio de Pintura en Bilbao en 1963, Primer Premio Carabela de Oro del Festival de los Valores Humanos y Religiosos de Valladolid en 1971, Primer Premio Cine Joven en San Francisco, Estados Unidos y Primer Premio Mejor Dirección y Film en el Festival de Cine Nacional de la ACRA en 1970, Primer Premio Asociación Gardeliana Argentina en 1983, Premio Embajada de las Letras en 1994 y Premio de la Asociación de Psicoanalistas Argentinos en 1955. Su pintura se estructura en la dinámica y la polémica de los lenguajes que transformaron a los artistas de nuestro continente en los años 1950 y 1960. “Al tener su pensamiento y preocupaciones volcadas a la cuestión social, a los problemas de la condición humana, prefirió el tratamiento de la figura humana, que enriqueció con el informalismo, expresionismo abstracto y el action painting. Elementos informales incrementados por elementos figurativos que establecen un conflicto interno en la obra, que a veces se estructura en un diseño sólido y en otras, se diluye en el espacio con manchas de color. Los conocimientos de pintura abstracta fueron incorporados a su figurativismo.Dibujos coloridos, extraña y seductora mezcla de surrealismo y expresionismo de rasgos calientes y barrocos. Como el drama de la soledad del hombre, surge, todo un universo de sensaciones y experiencias que el artista, saludablemente inconformista por naturaleza, expresa de manera tan acabada como conquistadora. Valladares posee un lenguaje inconfundible, que lo vincula a los grandes atormentados del arte de todas las épocas, que él tan bien sabe expresar en nuestra época. Sus trabajos son fantásticos, existen muchos de ellos que agonizan en forma pesimista e inexorable, debemos convenir que son, por más doloroso que parezca, las inocultables características de nuestros días”. (César Magrini).